Un ángel descendió a la tierra para decirme que mi vida estaba incompleta, que no todo lo que yo necesitaba estaba en mis dominios. Lo sabía, pero no veía qué era. Tal vez lo veía, pero no sabía qué era; ¡Es que era tan hermoso y lumínico!
Cuando sentí el abrazo del ángel, la suavidad de sus plumas que formaban sus alas, la calidez de su piel, que formaba su ser, la ternura de sus palabras, que emanaba su corazón, bastaron para saber que él encerraba aquello que completaba mi escencia.
El vigor del abrazo me unía al angel, me mantenía suspendido en el tiempo, contando estrellas hasta el momento del final. Y en ese momento, el del final, supe que las estrellas simbolizaban mi amor por aquel ente divino: eran infinitas, por más que contase nunca acabarían. Un amor sin condiciones, brillante por demás, y que no tenía final.
El momento del final parecio largo, y terminó por ser eterno; así fue como supe que ya nada nos separaba, ni la inmensidad, ni la muerte, ni el tiempo, ni Dios. Brotáronme alas en mi espalda, y ambos volamos hacia un Sol que abrasivamente nosrecibió y nos cobijó de todo frío externo que pudiera poner en riesgo, por mas pequeña que fuera dicha amenaza, nuestra vida eterna. Una vida sujeta al existir del otro, una vida delicada y hermosa, una vida sin más necesidades que la sonrisa de ambos, y sin embargo ya no eramos dos seres, sino uno solo.
Solo tengo que agregar que me encanta este texto, las palabras que utiliza el autor, ah, y un detalle, amo al autor de este texto, y vamos a empezar y terminar nuestras vidas JUNTOS, es un honor y un orgullo contarles que esto lo escribio el señor Facundo Hernandez.
Un terrible cantautor.
Ismael Serrano
