En la casa de las muchas caamas, flasheamos todo el día, pileta, carne, lechuga, tomate, pepsi, rabago, ojeda. Que mas podíamos pedir? teniamos risas, gritos, puteadas, nubes y principalmente una volada de pajaros rarísima, corrimos, el tren se mueve bastante por lo que noté, y nuestro amiguito Nahuel de tres años miraba bastante a luli. Espero que nuestro viajecito se repita. Muchas gracias a Ignacio Alonso por arriesgarse a que esta junta de enfermos lindos ingrese a su propiedad.
Hasta la proxima, los saluda... Mavi desde la inmensidad.